ejercicio preliminar

Plano de Granada Árabe. Luis Seco de Lucena (1910)
“Los lugares son los nombres de las cosas que han pasado”
Zhuangzi
Miramos
así cada planta, cada piedra, cada huella y cada habitante, y cada
configuración de la luz, e intentamos oír el sonido del lugar. Medimos cada
elemento y nombramos cada árbol y cada materia presente.
Aquí,
junto a la Alhambra, la sentencia de Louis Sullivan “la forma sigue a la
función” se adelgaza y debilita, se aplana en una ecuación “arquitectura”
idéntica a “edificio” que cualquier atento observador de la Alhambra intuye
insuficiente. Así lo vieron quienes redactaron el “Manifiesto de la Alhambra”,
y así lo vio Luis Barragán cuando, ya cansado y retirado, aceptó un último
encargo, la casa Gilardi, al encontrar en la parcela un árbol, un jacarandá; y
la casa proyectada es el baile, el acercamiento o la ocultación de los
distintos ámbitos, interiores o exteriores, con ese palisandro. La forma sigue
a la función, pero nace de y en un lugar.
El
manifiesto de la Alhambra, derivado del retiro en ella de un grupo de
arquitectos durante tres días de octubre del año 1952, con la intención de
meditar las bases de “una nueva arquitectura española”, observa cuatro
conceptos fundamentales: Forma, Construcción, Decoración y Jardines. Al
referirse a este último, a los jardines, algo se descubre sobre la naturaleza
de este lugar, cuando, aun manteniéndose en la concepción de identidad entre
arquitectura y edificio, escriben: “(…) la casa es jardín y el jardín, casa.”
Nuestro
lugar viene desde el (palacio) jardín, el recinto, el bosque para volver a ser
recinto, jardín (casa). Como siempre el jardín
ya existe, hay que entenderlo y hay que saber cuidarlo. Y ello exige miradas
atentas que desde las ideas de tiempo, materia y proceso se viertan sobre la vegetación,
sobre la construcción y la forma. Y también exige la distracción, como aquella
de la que hablaba Enric Miralles o escribía Paul Auster.
Los
acontecimientos y las acciones se funden en los lugares.
Se
trata pues de encontrar y fijar los estímulos y los datos necesarios para una
posterior intervención, los argumentos para reconstruir un lugar futuro. Y el
trabajo preliminar consiste en la elaboración y muestra de ese material, tanto
el de búsqueda como el que da forma a un argumento, encontrado o proyectado,
sobre el lugar. Para seguir cultivando la huerta de los arquitectos
(genna-al-aarif).
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