paisajes en ruina
escuela técnica superior de arquitectura de granada Paisajes en Ruina curso de proyectos 4 y 5 2013/2014
jueves, 3 de abril de 2014
viernes, 28 de marzo de 2014
ruina antigua
“Todo se destruye, todo perece,
todo pasa. Solo el tiempo permanece” (Diderot)
La ruina encierra lo que queda de
un mundo desaparecido, revela la fragilidad de la existencia y nos muestra que
nada puede resistir ni permanecer indiferente al paso del tiempo. La ruina nos
pone en contacto con el pasado y la historia, testimonio de lo que ya no
existe, o al menos de lo que ha perdido su forma íntegra convertido en esencia
de lo que fue. Quizás por este motivo la ruina sea tan sugerente y despierte en
nosotros la fascinación y la nostalgia de un tiempo anterior, el misterio de lo
desconocido.
La historia puede ser descrita
como un cúmulo de ruinas en un proceso de destrucción- reconstrucción
permanente. Los pueblos se han construido sobre las ruinas de desastres,
guerras, destrucciones y abandonos, ruinas heredadas y transformadas, incorporadas
a un contexto nuevo para poder pervivir. La actitud del hombre europeo ante la
ruina y su representación artística y literaria ha sido muy diferente a lo
largo del tiempo, como también lo ha sido el reconocimiento patrimonial de la
ruina y su actividad restauradora. En Occidente el interés por la ruina no ha
dejado de crecer desde el Renacimiento y su interpretación ha variado a lo
largo de la historia: en la Antigüedad se vinculaba al castigo divino, en el
Renacimiento aparece como una forma de conciencia histórica en un deseo de
revisar la Antigüedad. Más tarde, el significado de la ruina se enriquece y se
diversifica hasta hablar de la “poética de la ruina”, un estado sublime que
conducirá durante el siglo XX a la concepción de una nueva estética del
desastre.
La relación ruina-arquitectura ha
sido un tema recurrente de la cultura de Occidente desde las teorías
restauradoras del siglo XIX. Ortega y Gasset hablaba de la ruina como un afrodisíaco
para los arquitectos y el arquitecto Álvaro Siza describía su importancia en
los siguientes términos: “La ruina es la cicatriz de la historia. En cierta
medida, enriquece y da una densidad distinta a las cosas, haciendo desaparecer
lo que no es esencial, lo que no es verdaderamente sólido, y esa es la belleza
de la ruina, porque también hace referencia a lo que ya no existe pero se
percibe en la ausencia”.
En nuestra cultura, los objetos,
cuando dejan de ser útiles, se admiran porque son viejos y, más tarde, cuando
se veneran, pasan a ser arqueología. Yacimientos, ruinas y antigüedades
contienen diferentes grados de conciencia en relación con el paso del tiempo.
No es lo mismo una ruina que un resto arqueológico, la diferencia estriba en que
mientras el destino de la ruina es el desvanecimiento progresivo de la materia
y del espacio hasta su desaparición, la arqueología representa la memoria de
ese desvanecimiento, del que ya sólo quedan las huellas de lo que un día fue.
El curso de Proyectos 4 ha estado
dedicado a la RUINA MODERNA y las posibilidades de recuperación de ciertas
construcciones actuales inacabadas que se han quedado en el camino sin llegar a
ver la luz. Edificaciones abandonadas fruto de la especulación inmobiliaria
sobre las que hemos planteado soluciones alternativas a fin de incorporarlas al
ritmo de la ciudad. El taller se ha convertido en un lugar de trabajo con una mirada
optimista a la dramática situación que ha supuesto el destrozo de los paisajes
de nuestras ciudades y sus entornos.
Bajo el título RUINA CLÁSICA se
propone un curso de Proyectos 5 basado en la intervención sobre ruinas de la
historia en contextos patrimoniales. Un curso dedicado a ensayar propuestas de
intervención sobre arquitecturas abandonadas del pasado. El trabajo, en este
caso, permite enfrentarnos con la historia y su significado desde una voluntad
crítica y conservadora al mismo tiempo.
Vivimos un tiempo en el que la
idea de conservación forma parte del progreso, una noción moderna asociada a
qué se entiende por conservar y sus limitaciones. Hay épocas en las que el
progreso ha estado vinculado a la destrucción de lo heredado como formula de
modernidad; otras, como la nuestra, la conservación se ha convertido en un proceso
ceremonial de resurrección y expresión nostálgica de un pasado irrecuperable.
La idolatría a lo patrimonial se inscribe dentro de una concepción historicista
de sobrevaloración de lo antiguo, una actitud que ha acabado por fosilizar
arquitecturas y objetos para salvaguardarlos de la desaparición. Sin embargo,
nada puede permanecer inalterado, irremediablemente se transforma para poder
pervivir en el tiempo. Sólo la transformación asegura la supervivencia.
Toda arquitectura puede ser vista
como el resultado de una serie de transformaciones físicas o conceptuales de
otras precedentes. Así sucede en la catedral barroca de Siracusa, levantada
sobre un antiguo templo griego con el que comparte las trazas arquitectónicas a
través de un proceso de superposición y transformación en el tiempo, o en la
catedral de Córdoba, inscrita en la antigua mezquita. Intervenciones en las que
conviven lo nuevo y lo antiguo transformado y donde es posible reconocer
estilos y épocas distintas superpuestas. La arquitectura ha transformado
siempre sus propios restos reciclándolos de forma productiva y rentable,
adecuándolos a una nueva realidad. Con esta actitud se han construido las
ciudades en la historia, unas sobre otras, reutilizando los restos de otras
épocas
La noción de ruina ha cambiado a
lo largo de la historia en Occidente. No es lo mismo la ruina para un romano,
que para un ilustrado, un romántico o un moderno. La cuestión es qué significa
hoy para nosotros estas construcciones abandonadas de otro tiempo y qué podemos
hacer con ellas. Términos como ruina, patrimonio y restauración tienen un
origen común y una tradición cambiante en la forma de entender el pasado y su
conservación en la cultura moderna de Europa. No se entiende lo mismo por
restaurar en la época romana que durante el Renacimiento o en el periodo
neoclásico. El Panteón de Roma fue derribado y reconstruido en tres ocasiones
en el mismo lugar y con la misma función, la versión que ha llegado hasta
nosotros es la de Adriano. La idea de restauración en el mundo romano está
asociada a la actualización y a la innovación, un significado muy parecido tuvo
en el siglo XVII en el que se renovaron radicalmente construcciones antiguas
con actuaciones muy intervencionistas y de una gran libertad basadas en la
sustitución y en la ampliación, con muy pocos escrúpulos hacia lo antiguo, que
generalmente era demolido o alterado. Hasta que no se produzca en el siglo XIX
una conciencia restauradora de las construcciones de una época anterior, pasado
y presente forman una línea continua de acontecimientos sin diferenciación de
tiempos.
La noción de patrimonio como hoy
la entendemos, en cuanto preservación del pasado, es de origen neoclásico, un
periodo de la historia fascinado por los elementos de la Antigüedad y el
reencuentro con las civilizaciones anteriores. La actividad restauradora tal y
como hoy la conocemos se inicia en el siglo XIX, una vez alcanzada una reforma
estética de la cultura. Restauración y conservación serán temáticas genuinas
del siglo XIX y supondrán el resurgir de las antigüedades del pasado hasta
nuestros días. Una cuestión surge por primera vez en la historia: ¿por qué
restaurar y cómo se restaura?, una cuestión que desencadenará el debate sobre el
patrimonio y su restauración con posiciones contrapuestas: por un lado, las que
propugnan restaurar el edificio hasta devolverle su esplendor original, y por
otro, las que se oponen a cualquier tipo de intervención restauradora
defendiendo la ruina tal y como nos ha llegado. Una confrontación que, aunque
con matices, en la actualidad sigue viva. Detrás de este enfrentamiento
subyacen ciertos aspectos que nunca antes se habían planteado en la historia de
la arquitectura, como son el sentido de autenticidad de la obra y otros
relativos a la moralidad de la cultura y sus contradicciones. Aspectos que hoy
continúan siendo objeto de controversia. Los enfrentamientos ponen en evidencia
que la ruina había adquirido en el siglo XIX un valor patrimonial para la
cultura de la época, más allá de ser un conjunto de restos sin importancia sólo
valorados por el gusto de una burguesía. Más tarde, la Carta del Restauro en
sus distintas versiones ha ampliado los niveles de conservación y el perímetro
de actuación del patrimonio, aplicando los mismos principios de conservación a
los sitios singulares que a las construcciones menores que nacieron sin
pretensión de perdurar, lo que ha acarreado confusiones y un excesivo
proteccionismo del patrimonio desde entonces.
En este curso dedicado a la RUINA
CLÁSICA trataremos cuestiones acerca de cómo intervenir en una obra del pasado,
cuáles son las libertades del proyecto o qué relaciones deben establecerse
entre lo antiguo y lo nuevo. Qué significa renovar, rehabilitar o restaurar, y
qué posición debe tomar el proyecto arquitectónico para revitalizar una ruina
más allá de un problema de especialista. Somos conscientes que cada patrimonio
es diferente y requiere ser tratado conforme a sus peculiaridades. Intervenir
en el patrimonio es un problema complejo que no tiene una única solución y depende
de cada situación y contexto. No es lo mismo consolidar la ruina, reconstruir
lo que queda en pie tras un desastre o reproducir algo desaparecido, conservar
lo existente o acabar lo que en su día quedó inconcluso. La decisión de cómo
abordar una intervención sobre una ruina depende de muchos factores, entre
otros, del grado de destrucción, del estado de conservación de los elementos, de
la memoria y de la libertad que nos ofrezca el patrimonio en cuestión. El
termino recuperar tiene connotaciones diversas y está relacionado con
una idea de transformación. El dilema entre restaurar o actualizar, entre
mímesis y ruptura o innovación, es un debate hoy más amplio que el simple juego
de alternancias y muestra que es posible conservar e intervenir al mismo tiempo.
Trabajar sobre una ruina es
interpretar un legado que nos llega del pasado y trasciende en el tiempo, es
reflexionar sobre la conciencia de la continuidad, de las rupturas y del cambio,
de lo que supone acercarse a la historia, a los lugares y a las cosas sin caer
atrapados por ellas. Vivimos entre la imitación y la ruptura, aunque no pertenecemos ni a lo uno ni a lo
otro. Quizás hoy ser moderno se encuentre en un estado de aproximación y
distanciamiento sólo alcanzable a través de la interpretación. Trabajamos en la
continuidad del tiempo, de la materia y de la historia, y en la interpretación
de nuestro pasado. Sólo la imaginación tiene capacidad para reconstruir la
ruina y alcanzar el difícil equilibrio entre la memoria y el presente.
Cuestiones como qué significa
conservar hoy día o cómo debemos intervenir en el patrimonio, están de fondo en
el ejercicio y constituyen la base de un problema que trasciende las técnicas
restauradoras del especialista. Qué es hoy para nosotros el patrimonio y a qué
motivos obedecen las decisiones para intervenir, serán objeto de nuestro
trabajo durante el curso. El modelo de intervención actual, propiciado por una
legislación cada vez más restrictiva que no atiende a razones para resolver con
garantías la particularidad de cada caso, es un modelo obsoleto y sin salidas.
Es evidente que la normativa no es la mejor manera de acercarnos al patrimonio
y sus problemas; nadie nos ha enseñado a disfrutar ni a convivir con lo
heredado de una manera libre y abierta. Más allá de una legislación que
garantice la salvaguarda del patrimonio, habría que fomentar ciertas
aproximaciones desde la intervención arquitectónica que permitan determinar el
alcance de los problemas y los grados de libertad para intervenir. La
revitalización de un patrimonio debe más a los procesos creativos de la
arquitectura que lo que la crítica y los encargados de la regulación
administrativa del patrimonio están dispuestos a admitir.
Actuar sobre una ruina supone
asumir que no existen reglas ni soluciones a priori y que no es posible
trabajar con ideas preconcebidas, cada caso requiere ser tratado de forma
particular y única. El margen para intervenir está determinado por las
circunstancias y las libertades que rodean cada situación, algo que el trabajo
del arquitecto debe descubrir.
lunes, 24 de marzo de 2014
la ruina clásica
Programa
RESIDENCIA DE BECARIOS SENIORS DEL PATRONATO DE LA ALHAMBRA
RESIDENCIA DE BECARIOS SENIORS DEL PATRONATO DE LA ALHAMBRA
El Patronato de la Alhambra, órgano gestor del Conjunto Monumental propone la creación de un Conjunto de Becas que incentiven, desde la creatividad y el conocimiento, la investigación, difusión y promoción de su Patrimonio tanto material como inmaterial.
Las Becas serán ocho y responderán a las siguientes áreas de creación y pensamiento:
- conocimiento histórico (arqueología/ historia del arte/antropología)
- expresión audiovisual (música/video/cine/fotografía)
- expresión corporal (ballet/teatro)
- expresión sonora (músicas)
- expresión escrita (literatura/ensayo/filosofía/filología)
- cultura gastronómica (nutrición/enología/cocina)
- arquitectura, territorio y paisaje (arquitectura/paisajismo/geografía/geología)
- artes plásticas (pintura/escultura)
Estas categorías o familias no pretenden establecer ámbitos cerrados ni separados, siendo fácil establecer cruces y encuentros entre ellas e incluso inferir territorios comunes de colaboración. Los becarios podrán interactuar libremente enriqueciendo sus propuestas.
Obtener una de estas beca supondrá la posibilidad de una nueva experiencia concebida como la suma de dos hechos confluyentes, uno consiste en el traslado temporal a un territorio-paisaje, donde, distanciados de nuestro medio habitual, se busca incentivar la acción-producción-reflexión en relación a un nuevo contexto físico-cultural, La Alhambra, y el otro, un nuevo espacio donde vivir-trabajar que intentara sugerir un entorno alternativo a nuestro medio habitual. Por ello, el Programa de la Residencia deberá abordar el diseño de un conjunto de espacios o módulos de acogida temporal de uso individual para cada becario durante su periodo de estancia anual en la Alhambra.
También implicara un cambio habitual en la relación entre un modo de trabajo y un modo de vida, incluso en la concepción de las acciones que conforman nuestro personal forma de producción. Se busca ofrecer la organización de un lugar que sugiera, desde la flexibilidad operativa, la capacidad de operar transversalmente.
Cada modulo responderá de forma específica a los contenidos de cada beca y a sus necesidades creativas e intelectuales, y deberá posibilitar un modo de vida y trabajo de forma autónoma, sin menoscabo de otros espacios de uso y disfrute colectivo. Reflexionaremos sobre las acciones y posibilidades implícitas en cada entorno creativo y en el espacio soporte singularizándolos en propuestas diferenciadas. Apostaremos por establecer condiciones de vida sobre modelos de diversidad operativa. Cada modulo dispondrá de una superficie aproximada de 60 o 70m2.
De forma complementaria a esos módulos individuales también se propondrán una serie de espacios de uso conjunto, de estancia y encuentro entre los becarios, también podrán organizarse algunos servicios comunes y algunos espacios de encuentro. Para estas necesidades se podrán destinar 500m2.
Estos espacios serán de diverso carácter y permitirán el disfrute tanto en lugares exteriores como interiores. Para completar nuestra propuesta no debemos olvidar estudiar y trabajar todos los espacios exteriores habilitándolos, como continuidad del Programa planteado, para uso y disfrutes de los residentes.
sábado, 15 de marzo de 2014
reconstrucción de un lugar futuro
RECONSTRUCCIÓN DE UN LUGAR FUTURO
ejercicio preliminar
“Los lugares son los nombres de las cosas que han pasado”
ejercicio preliminar
Plano de Granada Árabe. Luis Seco de Lucena (1910)
“Los lugares son los nombres de las cosas que han pasado”
Zhuangzi
Miramos
así cada planta, cada piedra, cada huella y cada habitante, y cada
configuración de la luz, e intentamos oír el sonido del lugar. Medimos cada
elemento y nombramos cada árbol y cada materia presente.
Aquí,
junto a la Alhambra, la sentencia de Louis Sullivan “la forma sigue a la
función” se adelgaza y debilita, se aplana en una ecuación “arquitectura”
idéntica a “edificio” que cualquier atento observador de la Alhambra intuye
insuficiente. Así lo vieron quienes redactaron el “Manifiesto de la Alhambra”,
y así lo vio Luis Barragán cuando, ya cansado y retirado, aceptó un último
encargo, la casa Gilardi, al encontrar en la parcela un árbol, un jacarandá; y
la casa proyectada es el baile, el acercamiento o la ocultación de los
distintos ámbitos, interiores o exteriores, con ese palisandro. La forma sigue
a la función, pero nace de y en un lugar.
El
manifiesto de la Alhambra, derivado del retiro en ella de un grupo de
arquitectos durante tres días de octubre del año 1952, con la intención de
meditar las bases de “una nueva arquitectura española”, observa cuatro
conceptos fundamentales: Forma, Construcción, Decoración y Jardines. Al
referirse a este último, a los jardines, algo se descubre sobre la naturaleza
de este lugar, cuando, aun manteniéndose en la concepción de identidad entre
arquitectura y edificio, escriben: “(…) la casa es jardín y el jardín, casa.”
Nuestro
lugar viene desde el (palacio) jardín, el recinto, el bosque para volver a ser
recinto, jardín (casa). Como siempre el jardín
ya existe, hay que entenderlo y hay que saber cuidarlo. Y ello exige miradas
atentas que desde las ideas de tiempo, materia y proceso se viertan sobre la vegetación,
sobre la construcción y la forma. Y también exige la distracción, como aquella
de la que hablaba Enric Miralles o escribía Paul Auster.
Los
acontecimientos y las acciones se funden en los lugares.
Se
trata pues de encontrar y fijar los estímulos y los datos necesarios para una
posterior intervención, los argumentos para reconstruir un lugar futuro. Y el
trabajo preliminar consiste en la elaboración y muestra de ese material, tanto
el de búsqueda como el que da forma a un argumento, encontrado o proyectado,
sobre el lugar. Para seguir cultivando la huerta de los arquitectos
(genna-al-aarif).
martes, 11 de marzo de 2014
miércoles, 5 de febrero de 2014
Visita a la exposición Mil años de Madinat Ilbira
el miércoles 12 de febrero, a las cinco de la tarde, en el parque de las ciencias de Granada
visitaremos, como introducción al curso de proyectos 5 de nuestros talleres, esta exposición.
http://www.parqueciencias.com/parqueciencias/exposiciones-temporales/madinatilbira.html
jueves, 28 de noviembre de 2013
Suscribirse a:
Entradas (Atom)